La coprofagia, o ingestión de
heces, es un problema desagradable, pero más para el propietario que para el
perro.
Se incluye dentro de un trastorno
denominado pica, que se define como
la ingestión de sustancias que no son propias de la alimentación de la especie.
Dentro de los trastornos de pica, el más frecuente es la coprofagia.
La principal pregunta que nos planteamos es esta:
“¿es normal?”. Bueno, la ingestión de heces sólo es normal en el caso de una
madre que está criando a sus cachorros. La madre ingiere las heces de los
cachorros para mantener el entorno limpio de suciedad y de olores que puedan
atraer a depredadores.
Fuera de este periodo de cría la coprofagia deja
de ser habitual y normal.
Los perros pueden ingerir heces propias, de otros
perros o de otras especies (incluida la humana).
La causa de que un perro comience a ingerir heces
no está demasiado clara, pero lo que sí es claro es que puede tener un origen
orgánico o conductual. Por lo que, como siempre, habrá que descartar primero
una posible causa médica:
-Déficits de nutrientes (vitaminas y minerales).
-Dietas hipocalóricas.
-Hiperadrenocorticismo.
-Insuficiencia pancreática exocrina.
-Problemas de mala absorción digestiva.
-Parasitosis.
-Diabetes mellitus.
-Fármacos que aumenten la ingestión de alimentos
(glucocorticoides).
Dentro de las causas conductuales podemos
encontrar las siguientes:
-Comportamiento exploratorio.
-Evitación del castigo.
-Aprendizaje de la madre.
-Entornos sucios (tiendas de animales).
-Demanda de atención.
-Estrés y ansiedad.
-Falta de estimulación ambiental.
-Heces muy palatables (gatos, herbívoros,
animales sobrealimentados).
-Conducta reforzada por el propietario.
¿Cómo lo tratamos? Evidentemente
hay que hacer primero los chequeos y analíticas necesarios con el veterinario,
y si existe alguna patología tratarla en consecuencia.
En cuanto al tratamiento conductual, dependerá
del diagnóstico al que hayamos llegado. Por regla general es imprescindible
eliminar por completo cualquier refuerzo que se esté haciendo de la conducta
(incluyendo los castigos). El problema es que la conducta es autorreforzante,
por lo que muchas veces es difícil de eliminar. Por tanto nos basaremos,
dependiendo del caso, en las siguientes medidas generales:
-Eliminación del castigo.
-Eliminar el refuerzo de la conducta (demanda de
atención).
-Mantener siempre limpio el entorno.
-Distribuir la dieta en 3 raciones al día.
-Aumentar la fibra en la dieta.
-Control del paseo para que no ingiera sustancias
del suelo.
-Obediencia en la ingestión de comida.
-Refuerzo positivo si ignora las heces.
-Contracondicionamiento cuando defeque.
-Enriquecimiento ambiental (físico, social y
mental)
-Añadir sustancias que empeoren el sabor de las
heces (piña, calabacín, suplementos enzimáticos, fibra o aceite vegetal)
En general existe muy poca investigación sobre el
tema, pero es evidente que se debe acudir a un veterinario especialista en
medicina del comportamiento para que se pueda llegar a un diagnóstico correcto.
Por Rosana Álvarez Bueno de Etología Veterinaria (www.etologiaveterinaria.net)
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